Ansiedad, espera, desespero. Camino despacio dándote lugar a que vengas a mi encuentro, demasiado despacio. La gente apresurada me sobrepasa alguno se me mira de reojo despreciando mi pausado andar. No me importa, no lo saben...
La gente sospecha. No soy como ellos. Mi andar se vuelve como de ensueño, cuando corremos sin movernos del lugar, desesperados, hacia algún lado al que nunca llegamos, porque posiblemente no queramos llegar, pero eso no lo sabemos…
La lluvia lo hace más dramático. Todo es tan gris. Y la gente también. No me interesa cubrirme de lo que siento. Y si es que no siento el frío de la lluvia no siento nada, si no siento nada, no camino, si no camino no llegás, si no llegás estoy muerta. Y es así como te volvés el color en la negritud, la gente nada entiende, se camufla con el día y camina apresurada para perderlo lo antes posible, y yo sin embargo lo busco, y el día se me va. Otro día más, se pierde. Desciendo a los niveles del infierno y me doy cuenta que la lentitud sirvió para que la lluvia me marque, como este día que ya no está, como esta espera, como cada segundo en mi lento vivir, aguardando, dandote tiempo para alcanzarme. Inmovilizada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario