jueves, 20 de junio de 2013

SUEÑOS

El temple del día, tibio como como un rayo de sol en invierno, de repente sola me veía en un lugar desconocido, dónde lo familiar se reducía al ruido de las olas. Perdida.
Te veo a lo lejos observándome, estirás el brazo, ofreciéndome la mano. Corro hacia vos. Sin embargo cuando llego no me tocás. Me invitas a pasar a una casa, una casa escondida en algún recuerdo muy lejano, tanto que solo es posible volver a verlo de a partes. Es una casa conocida, donde he estado, en esta o en otra vida. y todo es extrañamente conocido y mi mente me obliga a creer que es la primera vez que estoy en ella. La lucha continúa unos segundos, hasta que queda desplazada por ansias de besarte, abrazarte, tocarte y vos que mantenés la distancia...y no entiendo, me habías ofrecido tu mano, no entiendo. Desesperadamente trato de impregnarme de tu aroma de no perderte de vista, sé que estoy soñando, sé que todo puede ser distinto en cuestión de instantes, no quiero que así sea, pero tampoco puedo hacer nada. Me angustio. Y de repente, te siento. Tu mano toca la mía, yo respondo apretando con fuerza, vos también. Y eso es suficiente. Ya no siento que ese sueño vaya a cambiar el rumbo, ya no siento que te vaya a perder, ya nada importa, solo que nos tomamos. Y que nos tenemos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario